miércoles, 9 de marzo de 2016

Cultura de prevención.







Durante muchos años, pero sobre todo en los últimos cinco aproximadamente, se ha venido hablando en los medios de comunicación de establecer una “Cultura de Prevención” en distintos ámbitos.

En este orden, la salud en uno de los principales rubros de aplicación de esta “Cultura”. Enfoquémonos pues a esa área tan importante. Por miles de años, la gente de todos los pueblos, razas y culturas hemos apreciado la salud hasta que ésta se deteriora, hasta que estamos enfermos y muchas veces hasta que la enfermedad ha avanzado demasiado cuando quizá en ocasiones hay poco o nada por hacer de parte de la ciencia médica. Por ejemplo, en mi área que es la Odontología, las personas se presentan a consulta con dolor, alguna caries expuesta, cuando le sangran las encías, o cuando su aliento es insoportable; y esto pareciera ser el estereotipo de nuestro actuar en las demás áreas de la salud. Es que, la Salud es un Don, esto es, una dádiva, un presente, un regalo con el que nacemos la mayoría de las personas y que por lo regular se deteriora o incluso perdemos debido a nuestra negligencia, a nuestro descuido, a nuestra falta de disciplina.

Es en este punto donde se enfoca mi comentario para la presente edición: La Disciplina. Hemos dejado a un lado las prácticas básicas saludables por seguir conductas tecnológicas y sociales modernas que lejos de ayudar a mantener nuestra salud, la alejan de nosotros y es por eso que ahora el hombre joven promedio toma uno o más medicamentos al día o fórmulas energizantes para mantener los niveles de rendimiento que requieren las actividades modernas. Sin embargo, las disciplinas básicas puestas a un lado como son: dormir ocho horas, trabajar ocho horas y dedicar las otras ocho a actividades personales como el tiempo suficiente para desayuno comida y cena, la familia, etc., es lo que ha llevado al hombre a invertir grandes cantidades de tiempo y dinero en médicos, estudios de la salud y medicamentos que se vuelven un hábito por demás nocivo y en ocasiones no resuelven nuestra salud.

En la práctica de esas disciplinas básicas está el balance adecuado que nos permitirá gozar de nuestra salud hasta el momento de partir “de regreso a casa”, sin haber sido una carga para nuestra familia. Como toda disciplina exige renunciar a prácticas nocivas tanto de ingesta de algunas cosas que comemos, bebemos, inhalamos o llevamos por otra vía a nuestro cuerpo, la disciplina nos lleva a cambios en lo que vemos, leemos, escuchamos y aún más a modificar la que decimos, cómo lo decimos y qué vocabulario empleamos al decirlo pues todo es donde estriba la diferencia en la que nuestro cuerpo incluso sistema inmunológico reacciona ante los estímulos externos. Quiero dejarles una cita que estoy seguro que significará una clave para que vivas en la auténtica y única “Cultura de Prevención” que conozco: Está en el libro de Isaías (uno de los más grandes y reconocidos profetas de todos los tiempos), capítulo 38, verso 16; la traducción de la Biblia de donde la tomé es la Nueva Traducción Viviente (NTV) y dice: “SEÑOR, tu disciplina es buena, porque lleva a la vida y a la salud. ¡Tú restauras mi salud y me permites vivir!” Deja que Dios te instruya, su instrucción es infalible, buena y de gran provecho sobre todo en esta época permisiva donde a todo lo que decimos que “está bien”, sin darnos realmente cuenta del daño que puede hacernos eso que aprobamos.


 Director de ORE (Odontología Restaurativa S.A de C.V) Ávila Camacho 189-3 / Col. Centro Xalapa, 91000. Ver. MÉXICO (228)814.25.25 / (228)849.06.27 fedecampos@prodigy.net.mx

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